sueños y pesadillas

Sueños y Pesadillas

Me imagino que todos ustedes habrán soñado alguna vez.

Los sueños, según dicen reflexivos estudios científicos, pueden funcionar (o no) como válvula de escape, y probablemente sean (o no) una enmarañada mezcolanza entre mensajes de nuestro subconsciente y deseos o temores soterrados. Cualquier acto fortuito puede actuar como disparador de los mismos (o tampoco). Es decir, que después de estudiarlos durante cien años nos cuentan que pueden ser cualquier cosa . . . Bien; gracias.

Luego están los estudios … como definirlos sin ofender a nadie, marginales, o mejor dicho análisis efectuados por espiritualistas mojigatos con ínfulas pseudocientíficas, dominados por un ego desmedido e imbuidos por el espíritu de algún gurú que invariablemente quiere mostrarte el camino. Senda esta que curiosamente, siempre lleva a su cuenta corriente.

(Si, mucho mejor así, sin agraviar a nadie.)

A lo que iba, no sé si habrán tenido ustedes alguna vez durante cierta época de su vida, un sueño que se repite una y otra vez. Una ensoñación que aparece cuando ya hace mucho que han caído las sombras y la oscuridad se ha adueñado de todos los rincones. No me refiero a una pesadilla, por lo menos no exactamente, sino a repetir el mismo sueño sin cambios ni matices distintivos, en el que se ven a sí mismos recreando la misma escena noche tras noche, imposibilitados de cambiar la situación ni un ápice por mucho que se esfuercen.

La primera noche cuando te despiertas empapado en sudor y con la cabeza dando vueltas piensas que te ha sentado algo mal y juras no volver a tomar picante antes de dormir. La segunda vez que sucede intentas tomarlo con humor e incluso ensayas una sonrisa cansada. A partir de la tercera noche que eres abducido por el extraño sueño ya lo renombras como pesadilla de mierda y empiezas a temer las tinieblas.

Normalmente la gente trata de encontrarle alguna lógica, piensa que su subconsciente intenta advertirle de algo, qué un sexto sentido, aletargado en los demás, pretende guiarle hacia el éxito y la felicidad o cualquier otra estupidez que el guía iluminado de moda este promocionando ese mes en la teletienda.

Algunos incluso buscan razones metafísicas o trascendentales, el ying y el yang, el karma, el universo que te apunta con un dedo para corregir tu destino y demás bazofia pseudointelectual.

Luego están los visionarios, aquellos elegidos que se han estado preparando toda la vida para un encuentro en la tercera fase y que no dudan ni un momento en que su sueño es un claro mensaje de esa antigua e ignota civilización alienígena que intenta desesperadamente comunicarse con ellos para salvar la tierra, o el planeta origen de sus amigos los Alien ,o no, mejor aún nuestra galaxia o que digo la galaxia, el universo entero depende de ellos …

¡ A mí los marines espaciales, soy el elegido, el último de Cimmeria, el señalado por Anubis, soy Neo y tu duermes en Matrix . . . ahoo ahoo ahoo. !!!

Desgraciadamente todos conocemos a alguien así, y , desafortunadamente siguen lanzando sus proclamas sin que ninguna autoridad sanitaria intervenga para colocarles una camisa de fuerza.

Por último estamos los pobres mortales entre los que me incluyo qué intentamos sin éxito racionalizarlo todo y tras fracasar en el intento pretendemos por este orden:

  • Obviarlo.
  • Encerrarlo en una caja de cartón y tirarla al trastero.
  • Ahogarlo en cerveza y bourbon.

Sí como es de suponer todo esto fracasa recurrimos a la química, oh maravillosa farmacopea que amortiguas tantos males de hoy en día. Vamos corriendo al drug-store por unas pastillas para no soñar, lamentablemente, nos dicen, de eso no hay, así que acabamos volviendo a casa con unas miserables pastillas para dormir. De paso paramos en una licorería y compramos tres packs de cerveza y todo el Jameson que vemos en previsión de que las capsulas tengan el mismo efecto que el picante en un Mexicano.

Continuará . . . (o no)

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